28 de enero de 2010

Reflexiones del instante vida

Ahora mismo estoy escribiendo desde mi puesto de trabajo(por ahorrarnos tiempo de escribir, q es el mío, y tiempo de lectura, q es el vuestro y es muy valioso; no vamos a decir dónde). Pues hallándome recién entrada en el turno, me cuentan el parte, me pongo a estudiar a los pacientes(leer un poco que les han hecho), y cuando no pasan más de 10 minutos, uno de los médicos pide urgente una medicación, que le alcanzo rápidamente en lo q me da tiempo a ver como la frecuencia cardíaca disminuye en 3 seg de 49 a 0.
No voy a centrarme en la parte técnica del asunto, porque aun q para mi es apasionante, entendería que no fuera tanto para vosotros. En lo que quiero dejar constancia es en cómo se escapa la vida, como en un segundo tu corazón dice basta y dejas de existir. De verdad que sólo fueron 3 seg ( a los q estábamos de turno nos parecieron 3 horas), pero es tan rápido y tan visto y no visto q...buff; no sé será el bajón de adrenalina( o que era mi primera vez) que te da por pensar...por ello en vez de deciros lo típico(vivir al maximo, la vida son dos días, carpe diem,...)os dejo un poema de Pablo Neruda, que de casualidad, esta noche, cayó en mis manos:



Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
PD: El paciente está totalmente recuperado...yo sólo espero que den las 8 de la mañana y poder irme a dormir!

1 comentario:

  1. Se fue de viaje al limbo y como vio que no le entretenia decidió volver a casa! menudo viaje macho!

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